Autora: María Valentina Fredes

‘El milagro de Chile’ es la frase que utilizó Milton Friedman para describir la apertura de la economía chilena a un modelo neoliberal, lo que le abrió las puertas del mundo al país, dando paso a nuevas oportunidades, mayores niveles de empleo y alfabetización, a pesar de ello, pareciera que todas estas buenas noticias quedan plasmadas en las estadísticas y no se traducen a la realidad. Chile presenta uno de los mayores índices de bancarización en América Latina, sin embargo pareciera que las personas no han podido seguirle el ritmo a este crecimiento y se han quedado atrás en el uso de los recursos bancarios, usándolos incorrectamente y endeudándose. Entonces, ¿Podríamos hacer una relación entre el endeudamiento y el bienestar de las familias?

Diversos autores definen de manera general la palabra ‘Endeudamiento’ como la obligación u obligaciones de pago que tiene una persona o empresa con otros particulares o entidades. En Chile, el nivel de endeudamiento alcanzó el 52% del PIB según el Banco Central en los últimos tres meses del año 2019, esto podría explicarse por dos factores. Los bajos sueldos y la ‘Democratización’ de los créditos. El sueldo medio en Chile es de $620.528, cabe destacar que durante el año 2019 ocurrió un fuerte estallido social, donde entre varios alegatos, las personas mostraban su descontento a través de protestas por vivir con ‘Lo justo’ y no poder disfrutar de sus sueldos, ya que no es alcanzaba. Por otra parte, desde el año ’90 se ha vivido un proceso denominado la ‘democratización’ de los créditos, explicado por la mayor accesibilidad que han tenido los bancos y casas comerciales al entregar préstamos a las personas, especialmente a los segmentos medio y medio-bajos de la población.

La experiencia de poseer una deuda puede ser vivida de distintas maneras, en algunas personas se ve reflejada en descontento hacia las instituciones, la política y la sociedad en que se vive, mas en otras se ve traducida en malestar psicológico, en una interiorización de la deuda, percibida como un fracaso. A partir de la hipótesis que constata que el sobreendeudamiento trae como consecuencia estrés, síntomas depresivos, mayor consumo de alcohol y drogas y pensamientos suicidas, se realizó el Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC), que es una encuesta que analiza el impacto del endeudamiento sobre la salud mental de los chilenos y los resultados reflejaron lo siguiente: ‘’Por un lado, si en 2016 un 25% de los participantes del estudio presentaba sintomatología depresiva moderada a severa, entre estos mismos participantes la cifra aumentó a 30% en 2018. Se trata de una prevalencia elevada y de un aumento de los síntomas depresivos en tan sólo dos años’’ (Álvaro Jiménez Molina, 2019). No se debe pasar por alto que esas cifras podrían haber sido influenciadas por un contexto político, económico y social muy complejo, debido al estallido social, donde las personas se sentían desprotegidas y vulnerables.

Los datos entregados anteriormente nos muestran claramente que existe una relación entre el sobreendeudamiento y la salud mental de las personas, es más, el sobreendeudamiento podría tener impactos graves sobre el bienestar de las personas, ya que puede llevar hasta al suicidio en los peores casos. Como podemos ver, el endeudamiento es un factor clave cuando se trata del bienestar de un hogar y sus integrantes.